Después de un año regresamos al caldeado asfalto de California.
Vertiente directa de la escena stoner gestada en los 90 tenemos a los míticos Fu-Manchu.
Que se puede decir de estos melenudos con sudaderas a rayas que escriben canciones sobre chicas en bikini, furgonetas escarabajo, cuelges ácidos y monopatines. Pues eso, se ve que hacer música solo por diversión el mejor punto de partida para hacer música divertida.
Distorsión saturada al más puro estilo Black Sabath, aderezada con un buen cargamento de efectos. Bases sencillas y repetitivas que se transforman progresivamente adquiriendo un sutil “efecto trance”.
Letras parranderas como ya he dicho antes y pocas pretensiones más allá de disfrutar con la música, lo que consiguen sin pasar por un aprieto.
Todo esto me hace pensar que quizá es mejor olvidar por un momento las etiquetas y disfrutar de un buen grupo de rock and roll.
Con once álbumes a sus espaldas, esta banda jamás ha renunciado al respetable hueco que se ha labrado en el underground americano y no ha sacrificado un sonido garajero y con personalidad por obtener un público más amplio. ¿Será que tras 23 años de vida Fu-Manchú aún sabe divertirse?
No hay comentarios:
Publicar un comentario